Y eso es así.
Lo he percibido desde que he entrado en la oficina.
El día tan lluvioso que hace también me influye.
Estar enfocado en el pensamiento positivo, el autocuidado y en cultivar el amor propio, no exime de tener días en los que te sientas más bajo.
Pero.. ¿Cómo quieres afrontralos? ¿Qué les vas a permitir?
A mi hoy me está costando todo. Siento ansiedad y descontrol emocional.
Eso me ha llevado a comer cosas que preferiría haber evitado, porque no ha sido por hambre ni con consciencia, sino para acallar la voz interior que me está arruinando la jornada.
Me alegra haber sabido identificarlo y parar. Supongo que también es parte del proceso.
No debería sentirme mal por comer 6 galletitas (literalmente 48g y 228Kcal de galletas) y una barrita de proteínas, pero la recuperación es paso a paso, golpe a golpe. Espero desprenderme en algún momento del sentimiento de culpa y la vergüenza definitivamente.
Lo importante es saber qué me afecta y por qué, y trabajar desde ahí.
Me siento cansada, creo que estoy intentando gestionar demasiadas cosas a la vez y mi carácter perfeccionista no me permite hacer nada a medio gas… siempre he sido “o todo o nada”.
Lo que me ha llevado a reflexionar sobre las cosas que estoy aprendiendo e incluyendo en mi vida diaria:
Al darme cuenta de que mi actitud no estaba siendo la adecuada para afrontar el día y que con los pensamientos negativos solo iba a terminar en un bucle fastidiando todo el día, decido frenar, analizar la situación, escribir y poner fin a esa negatividad desde la consciencia.
Los resultados NO vienen dados por los actos de un día, sino que son fruto de la constancia, de los hábitos adquiridos.
¡Y qué orgullosa estoy de la constancia que estoy teniendo!
Esas galletas son exquisitas, pero no las he disfrutado como me gustaría, porque las he comido desde la rabia y el estrés. Sin embargo, me alegro de haber sabido frenar a tiempo y no dejarme llevar por un impulso tan repentino.
Después he decidido cancelar las tareas que tenía por la tarde, para regalarme tiempo a mi y a lo que más me apetezca hacer, sin “obligaciones”.
No diré que de repente se ha convertido en día más feliz de mi vida, porque tampoco considero que debamos perseguir siempre la felicidad, sino trabajar para nuestro bienestar.
Me siento orgullosa de escribir esta entrada porque eso significa que he identificado un "problema", he frenado para analizarlo y he sabido gestionarlo.
¡Ainhoa, lo estás haciendo de locos, y eso es lo que cuenta!
©Derechos de autor. Todos los derechos reservados.
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.